Una de las exportaciones más famosas y deliciosas de Colombia es el café. Desde hace muchos años se ha mantenido como una industria de alta demanda, con una cadena de suministro muy intrincada que es fundamental para el PIB colombiano. Con más de 2 mil millones de tazas consumidas al día, el café colombiano seguirá siendo un sector rentable durante mucho tiempo.
Aunque el 90 % del café del mundo se produce en países en desarrollo, no ha sido una fuente de ingresos fiable para muchos agricultores. Los problemas económicos, como el acceso limitado al mercado para los productores, la falta de información sobre productos y mercados y la depreciación de los precios del mercado, contribuyen a los problemas de la cadena de suministro que enfrentan los agricultores todos los días. Los precios generales de mercado del café no siempre reflejan la calidad de la cosecha de café colombiano de un individuo, o su situación financiera personal.
Además de eso, hay una serie de grandes empresas cafeteras colombianas que afirman estar participando en el comercio justo, cuando en realidad compran su café a través de otros intermediarios. Los exportadores y los intermediarios generalmente obtienen una parte adicional de esta transacción, mientras que los agricultores rara vez lo hacen. Por estas razones, los caficultores rara vez reciben una compensación justa tanto por su trabajo como por el valor de su producto de café colombiano.
La cadena de suministro del café colombiano se puede dividir en una gran complejidad de partes:
- Agricultores
- Molinos
- Comerciantes de materias primas
- Exportadores e Importadores
- tostadores
- Distribuidores
- minoristas
Esta elaborada complejidad reduce el precio de venta del café que sale del agricultor y lo maximiza a medida que desciende por la cadena de suministro, lo que lleva a todos los recortes de ganancias que se obtienen en el camino.
El índice de equidad de los productos básicos mide la equidad para los miembros de una cadena de suministro de productos básicos mediante la evaluación de los grados de desequilibrio. Por ejemplo, el índice mostró que casi el 90% de los productores colombianos de café están capturando menos del 5% del valor creado por su café. Si otros países en desarrollo tienen niveles similares de desigualdad en su cadena de suministro de café, entonces miles de productores están siendo infravalorados y mal pagados por su trabajo.
Rediseñar la cadena de suministro del café para aumentar la transparencia, la eficiencia y las transacciones económicas beneficiosas para todos puede ayudar a rectificar esta situación. Blockchain en la cadena de suministro del café puede ayudar a los productores a ver dónde terminan sus granos y permite a los consumidores ver de dónde proviene su café. Esta tecnología puede ayudar a garantizar que los productores reciban pagos justos por sus cultivos y mantengan prácticas de sostenibilidad. Y puede permitir que los consumidores tomen decisiones más informadas sobre dónde deben comprar su café.
Algunos creen que los préstamos económicos o los programas sociales son la mejor manera de ayudar a los agricultores a superar este dilema. Pero en realidad, solo enmascara el problema sistémico de la cadena de suministro. Sería más equitativo crear un sistema con blockchain que permita a los caficultores obtener una ganancia justa como miembro de la cadena de suministro del café colombiano y rectificar los desequilibrios a través de la total transparencia y trazabilidad, en lugar de ser aprovechado para obtener ganancias.